jueves, 16 de enero de 2020

Bienvenidos a la época del SHARENTING.



Esa foto del niño que los progenitores se empeñan en enseñar a la familia que va a casa de visita y que siempre saca una sonrisa a los adultos mientras el chico no sabe dónde meterse. Esa anécdota de los hijos que los padres cuentan hasta la saciedad a sus amigos, mientras los críos sólo piensan: "tierra, trágame". Son situaciones por las que pasan todos los menores en algún momento de su infancia. El problema es que lo que antes quedaba en el ámbito privado y en un rato de sonrojo, ahora, con las redes sociales es público y constante. Los padres comparten en internet la vida de sus hijos, incluso antes de que nazcan, sin pensar en las consecuencias.

El 92% de los menores en EEUU tiene una identidad digital a los dos años, recoge la escritora y periodista Nancy Jo Sales en su libro American Girls: Social Media and the Secret Life of Teenagers, donde expone la nula privacidad que tienen los niños hoy. Antes de que el pequeño/a cumpla los cinco años, sus padres han subido cerca de 1.000 fotografías de él/ella a las redes. Antes de que el menor sepa lo que es un correo electrónico, antes de que aprenda a manejar un móvil, antes de que se abra un perfil en Facebook, su imagen y testimonios de su día a día ya circulan por todos esos medios.

Bienvenidos a la época del sharenting -combinación de share (compartir) y parenting (crianza)- que hace referencia a la sobreexposición a la que se ven sometidos los hijos en las redes sociales de sus padres. El término lo empezó a usar el diario estadounidense The Wall Street Journal en 2003, pero la tendencia ha cobrado tales dimensiones que el diccionario británico Collins lo incluyó en sus páginas hace un año como una de las palabras del 2016, junto a Brexit. Y en 2017 se están publicando, por primera vez, estudios sobre sus riesgos.

"El término no lo conocíamos pero sí lo que describe, porque es una problemática creciente. En internet la gente tiende cada vez más a formas de comunicación muy públicas; se busca socializar, obtener reconocimiento.... y eso tiene ventajas pero muchas veces no se dan cuenta de que están vulnerando su privacidad y la de su familia", explica a EL MUNDO Manuel Ransán, coodinador del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE). Para este experto es importante pararse a pensar en "cómo se lo tomará el niño en el futuro. Nosotros estamos muy contentos porque vamos a tener un crío y compartimos la primera patadita... Sin darnos cuenta estamos condicionando su identidad digital. No sabemos qué profesión ejercerá de mayor, si tendrá una proyección pública y lo que colguemos ahora le puede perjudicar".primera papilla...
                                             

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